30/11/15

Aventuras a la luz del otoño




“Con cien cañones por banda, viento en popa a toda vela….”

Este podría ser el sonido de fondo del inicio de un nuevo curso en el “Paseo del Huécar”. Un arranque valiente que nos ha llevado de aventuras por los mares, no solo del sur, sino en su más amplia extensión. Las páginas del conocidísimo clásico Moby Dick, han dado la bienvenida este otoño de 2015 a nuestro taller de lectura, donde otra vez, ahora cada viernes, entre 11 y 14 personas, en su mayoría mujeres nos reunimos entorno a esa ventana mágica que son los libros.

Siempre viajando, sin apenas movernos, desde la fantástica atalaya que supone nuestro envidiado balcón, puesto de vigía inigualable sobre el Huecar en la Puerta de Valencia.

Hoy a bordo de un ballenero, recorriendo mares y océanos desde Canadá hasta China  en busca de la gran ballena blanca. Mañana a lomos de Rocinante por las llanuras manchegas luchando contra unos misteriosos batanes o liberando presos que caminan protegidos a galeras, en ese acercamiento mensual que hacemos a nuestro querido Don Quijote de la Mancha.,. Dos protagonistas: un capitán de ballenero y un caballero andante; tan parecidos y tan diferentes. Tanto da una lanza que un arpón. Tanto da un inmenso cetáceo que un espigado molino de viento. Ambas locuras atrapan a nuestros ávidos lectores y les permiten, desde el confort de una mesa soleada y sin riesgo, disfrutar la aventura, sin compromisos, con derecho a crítica y pataleo, pero saboreando ambos libros en sus tardes de lectura.

Ahora no podemos permanecer quietos. Hacemos de nuevo la maleta, miramos al otro lado del océano y de nuevo encontramos una apetitosa invitación. “Un jamón”, dice nuestra protagonista, que es a lo que se parece el mapa de Nueva York, y sin pensarlo, nos lanzamos, otra vez sin red, a leer una aventura de niños que entienden mejor los mayores. Una novela escrita hábilmente por esa gran mujer y mejor escritora que fue Carmen Martín Gaite. Esto no es un cuento, nadie se confunda, es casi una guía de viaje, también interior, cuyo título trata de despistar: “Caperucita en Manhattan”.

Bienvenidos a la aventura. ¡Que nadie se lo pierda¡


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