Escuelas para la Vida se sitúa en la Graja Escuela “El Colmenar”, una finca en la pedanía de Huete de La Langa.
Su objetivo es dar
respuesta socioeducativa a las condiciones deshumanizadoras que padecen las
personas en las ciudades dormitorios, en las prisiones, o en espacios con
problemas específicos, que crean, además, otras situaciones marginales, tales
como drogodependencias, prostitución, desempleo, VIH/Sida, etc.
Desde el mes de febrero, un grupo de siete voluntari@s
pertenecientes al programa Biblioteca Solidaria, han trabajado de manera
intensiva junto a los alumnos de Escuelas para la Vida. La actividad se ha
desarrollado un fin de semana al mes y ha culminado con la Escuela de Verano
durante dos semanas del 13 al 27 de julio.
En ella participan 25 niños y niñas de entre 3 y 14 años. Algunos
son hij@s de alumnos o ex-alumnos de Escuelas para la Vida, otros vienen desde
el barrio de Palomeras Bajas (Vallecas) o desde comarcas cercanas a Huete- Tarancón
(Cuenca).
La actividad plantea las normas de comportamiento y convivencia que todos, mayores y pequeños, deben respetar; una vez consensuadas, todos firman un “contrato de aceptación de las normas acordadas”. Se trabaja todos los días el aseo personal y la limpieza de la casa y de las habitaciones, se refuerzan las tareas escolares, creando o reafirmando métodos y hábitos de estudio, además, en todas las actividades se trabajan valores y habilidades sociales.
En la opinión del voluntario que ejerce de coordinador de la
actividad “En este proyecto marco cabe el trabajo con todo
tipo de colectivos. Esencialmente trabajamos con menores entre 3 a 16 años que
provienen de familias desestructuradas, con estilos permisivos, de control laxo
y escasa afectividad. La estancia de estos menores en la granja supone un
respiro a su día a día, a una cotidianidad solitaria con el único refugio de la
televisión y los videojuegos. Los niños esperan ansiosos llegar a la granja y
estar en contacto con la naturaleza, evadirse de su realidad y encontrar
abrazos sinceros de educadores que se convierten en amigos e incluso en
familias (aunque sea por una corta estancia)".
Trabajo con toxicómanos
El trabajo con menores es uno de los distintos proyectos que se
realizan en Escuelas para la vida. Para estas personas el estar en contacto con
los niños es una clave más para su posterior reinserción social; en pocas
palabras, consiste en tratar con personas de la edad de sus propios hijos (en
el caso de muchos de ellos) y comprender y aplicar conductas saludables y
adecuadas que distan, en gran medida, de lo que protagonizaron ellos mismos
como padres en sus hogares.
Los niños reciben de estas personas una sensibilización que viene
de la mano de protagonistas principales de realidades muy parecidas a las que
ya se están viviendo en casa; la diferencia es que, aquí, se trabaja con
límites positivos.
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